La Internet, ese vasto océano de información y conectividad, alberga un lado oscuro que pocos conocen y muchos prefieren ignorar. Detrás de la fachada de redes sociales brillantes, aplicaciones de comunicación y plataformas que han simplificado nuestras vidas, se encuentra un submundo clandestino donde los delincuentes prosperan y las actividades ilícitas florecen. En el documental La Internet Oscura, se nos invita a sumergirnos en este oscuro rincón virtual, donde el anonimato es la norma y la moralidad es una mera sugerencia.

La Ascensión del Mercado Negro

Desde el inicio del documental, somos transportados al turbulento mundo de los mercados clandestinos en la web oscura. Aquí, drogas, armas, documentos falsificados y mucho más se ofrecen para la venta, todo ello facilitado por navegadores anónimos y el uso de criptomonedas. AlphaBay, el gigante entre los mercados, dominaba el escenario, generando transacciones que alcanzaban los millones en un solo día. Su fundador, oculto tras el velo del anonimato, disfrutaba de un estilo de vida lujoso hasta que las fuerzas de seguridad internacionales lograron su captura, arrojando luz sobre las sombras de este mercado negro virtual.

El Enigma de Candyman

Sin embargo, la oscuridad de la internet va más allá del comercio de bienes ilícitos. En el corazón de la clandestinidad se encuentra el grupo cerrado de Facebook conocido como Loli Candy, dirigido por un individuo apodado Candyman. Con miles de miembros, el grupo se dedicaba a la difusión de imágenes perturbadoras, ocultando sus actividades tras los velos de la red social y aplicaciones de mensajería como WhatsApp. Aunque algunos de sus perpetradores fueron llevados ante la justicia, el fenómeno de estos grupos clandestinos persiste, recordándonos que la oscuridad en línea puede ser aún más alarmante que la que encontramos en los callejones más sombríos.

La Internet Oscura nos sumerge en un mundo desconocido pero fascinante, donde la moralidad se desvanece en la oscuridad de la red. A través de relatos de la ascensión y caída de mercados negros virtuales y la infiltración de grupos clandestinos en plataformas de medios sociales, el documental nos desafía a confrontar una realidad a menudo ignorada. Al hacerlo, nos recuerda que, si bien la internet puede ser un faro de conocimiento y conexión, también tiene profundidades desconocidas y peligrosas que no deben subestimarse.

En el oscuro submundo de la internet, Facebook, la red social más grande del mundo, se convierte en un escenario clandestino donde los grupos cerrados como Loli Candy prosperan en las sombras. Detrás de perfiles anónimos y encriptados, los miembros de estos grupos difunden imágenes espeluznantes, desafiando las políticas de la plataforma y burlándose de los esfuerzos de seguridad. Aunque Facebook ha tomado medidas para combatir tales actividades, el fenómeno persiste, recordándonos que incluso en los lugares más iluminados de la internet, la oscuridad puede encontrar su camino.